Dolor lumbar crónico, cómo tratarlo y evitar que reaparezca

¿Qué es el Dolor Lumbar Crónico?

El dolor lumbar crónico es una dolencia que se manifiesta como un dolor que puede ir de leve a intenso, que se localiza en la región baja de la espalda y que se presenta durante un período prolongado de tiempo, generalmente más de tres meses. Puede afectar a personas de todas las edades y es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo.

Se considera que es crónico cuando este dolor continúa o reaparece de manera recurrente, incluso después de intentar diversos tratamientos para reducirlo.

Es importante tener en cuenta que el dolor lumbar crónico puede variar en intensidad y puede ser constante o intermitente. Las personas que sufren de lumbalgia crónica ven cómo esta dolencia afecta negativamente su calidad de vida y capacidad para llevar a cabo actividades diarias normales.

Otras causas del dolor lumbar crónico puede ser variado por condiciones subyacentes, como lesiones previas, desgaste de las estructuras de la columna, problemas estructurales, enfermedades crónicas y malos hábitos posturales, tanto en el ambiente laboral como en casa.

Por todo ello, es importante realizar un correcto diagnóstico que nos permita determinar cuál es la raíz de la dolencia, para aplicar el tratamiento o combinación de tratamientos más adecuado.

Síntomas de una Lumbalgia Crónica

Lo síntomas que se manifiestan en el caso de una lumbalgia crónica pueden ser diferentes de un paciente a otro, pero los más comunes incluyen:

• Dolor constante, suele ser una molestia persistente que puede estar presente de manera continua durante al menos tres meses.
• Dolor punzante o ardoroso, que puede variar en su naturaleza y describirse como punzante, ardoroso, opresivo o sordo.
• Dolor que se irradia en ocasiones hacia otras partes del cuerpo, principalmente hacia las nalgas, las piernas o incluso los pies. Esta irradiación puede seguir un patrón específico, como el recorrido del nervio ciático o un patrón más extendido como el dolor reflejo de la musculatura pelvitrocantérea.
• Rigidez y dificultad para moverse, especialmente después de períodos de inactividad (al levantarse de la cama al despertarse, o llevar un rato sentado en una silla o un sofá).
• Sensación de debilidad en las piernas, lo que puede dificultar actividades como caminar o levantar objetos.
• Dificultad para mantener ciertas posturas o movimientos, ya que empeora el dolor, sobre todo la flexión del tronco, como cuando te vas a tocar los pies con las manos.
• Impacto en la calidad de vida, interfiriendo en las actividades diarias del paciente, sueño, trabajo y relaciones sociales.
• Cambios emocionales como ansiedad, depresión o irritabilidad en algunos pacientes por la persistencia del dolor y el no encontrar una solución.

Causas del Dolor Lumbar Crónico

Como comentábamos antes, el diagnóstico y tratamiento de un dolor lumbar crónico tiene cierta dificultad porque puede estar originado por distintas causas, y en algunos casos, puede haber más de una causa.

Entre las causas más comunes podemos destacar:

• Disfunción biomecánica de la articulación de la pelvis, y cinturón lumbar. Cuando la articulación de la pelvis no se mueve correctamente y la musculatura que estabiliza las vértebras lumbares está débil los movimientos normales de flexión y extensión de tronco hacen que la musculatura y los discos intervertebrales lumbares tengan que hacer el doble de esfuerzo de lo normal, lo que origina el dolor e inflamación de la musculatura sobrecargada y, en el caso de los discos, el desgaste e inflamación que conlleva normalmente a las protusiones o hernias discales.
• Lesiones previas. Lesiones pasadas en la columna vertebral, aplastamientos vertebrales o hernias discales, pueden dejar secuelas y generar un dolor crónico lumbar.
• Debilidad en la musculatura estabilizadora de la columna. Tanto la musculatura lumbar como sobre todo la musculatura abdominal (abdominal transverso) son las encargadas de estabilizar y proteger tanto las vértebras como los discos intervertebrales lumbares, haciendo de sostén como si fuera una faja lumbar. Cuando esta musculatura está débil o no está lo suficientemente fortalecida, el peso y la tensión recaen directamente sobre las estructuras que más se suelen lesionar (vértebras y discos).
• Malas posturas y ergonomía. Mantener una mala postura, especialmente durante largos períodos de tiempo, puede ejercer una presión adicional en la columna y provocar dolor crónico en la zona. Esto ocurre comúnmente en el entorno laboral o en el entorno doméstico debido a malos hábitos como vida sedentaria o posturas mantenidas de flexión de tronco forzadas por ejemplo al estar viendo la televisión o al realizar alguna actividad del hogar (limpieza, o algún pasatiempo).
• Operaciones previas. Como por ejemplo cuando se realiza una operación de fijación de vértebras lumbares, normalmente por hernias discales severas, crea una rigidez en la zona que suele ocasionar un dolor lumbar leve/moderado crónico.
• Hernias y protrusiones discales. Normalmente este dolor empieza con un episodio de dolor fuerte y punzante en la zona de la columna lumbar (la frase más habitual es “me he quedado clavado”) que impide, sobre todo durante los tres primeros días, la mayor parte de los movimientos de espalda y cadera. Después de las primeras semanas, se suele quedar un dolor menos punzante en la zona de la columna que se irradia a ambos lados de la zona lumbar en forma de cinturón. Si no se trata, tanto la protrusión o hernia disca, como la causa que la ha originado, puede quedar un dolor crónico severo.
• Lesiones previas. Lesiones pasadas en la columna vertebral, como traumatismos o hernias discales, pueden dejar secuelas y generar un dolor crónico lumbar.
• Desgaste y envejecimiento. Con el paso del tiempo, las estructuras de la columna vertebral sufren un desgaste que puede dar lugar a afecciones como la osteoartritis o la estenosis espinal, derivando en dolor en la zona.
• Malas posturas y ergonomía. Mantener una mala postura, especialmente durante largos períodos de tiempo, puede ejercer una presión adicional en las estructuras de la columna, provocando que éstas se irriten y generen dolor.
• Problemas estructurales. Alguna deformidades congénitas o adquiridas, como la escoliosis, pueden provocar dolor crónico.
• Problemas viscerales. Cuando una víscera u órgano del cuerpo localizado en la zona lumbar está dañado o irritado por alguna causa, primero suelen dar dolor referido a la zona posterior de la espalda. Los casos más comunes son los riñones, los ovarios y el útero, y el colon. Este tipo de dolor suele ser continuo y no se alivia en ninguna posición. En caso de sospecha, es muy importante acudir a un hospital o al médico para hacerse una revisión y comprobar que no existe una lesión importante. Son los casos más severos y a veces potencialmente mortales.