Luxación Discal de la ATM: causas, síntomas y tratamiento
En una luxación discal de la ATM, un tratamiento adecuado marca la diferencia entre una recuperación rápida y la cronificación del problema.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
- ¿Qué es una Luxación Discal de la Articulación Temporomandibular (ATM)?
- Causas y Factores de riesgo de una Luxación Discal de la ATM
- Síntomas y Diagnóstico de una Luxación Discal de la ATM?
- Fisioterapia Especializada para tratar una Luxación Discal de la ATM
- Prevención y Cuidados diarios para evitar la Luxación Discal de la ATM
La articulación temporomandibular (ATM) es una de las articulaciones más complejas del cuerpo humano y, al mismo tiempo, una de las que más problemas da en consulta. La luxación discal es uno de los trastornos internos más frecuentes y, cuando no se aborda a tiempo, puede afectar a la calidad de vida del paciente, manifestándose con dolor, limitación de la apertura bucal e incluso dificultad para comer o hablar con normalidad.
Un tratamiento de fisioterapia especializada en ATM marca la diferencia entre una recuperación rápida y la cronificación del problema. Hoy queremos abordar este problema y guiarte para que consigas una recuperación completa.
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En este artículo te explicamos, desde la experiencia clínica y con un enfoque profesional, qué es exactamente una luxación condilar de ATM, cuáles son sus causas más frecuentes, cómo se diagnostica y, sobre todo, qué papel juega la fisioterapia especializada en su tratamiento. Porque no se trata solo de recolocar la mandíbula sino de evitar que vuelva a ocurrir.
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¿Qué es una Luxación Discal de la Articulación Temporomandibular (ATM)?
La ATM funciona como una bisagra que conecta la mandíbula con el cráneo. Dentro de ella, el disco articular actúa como un amortiguador que permite que la mandíbula se mueva de forma suave y sin que haya roces entre las estructuras óseas para evitar la artrosis.
Es importante tener claro el tipo de luxación o desplazamientos que puede sufrir la ATM:
- Luxación mandibular: cuando la mandíbula se desplaza y queda bloqueada fuera de su posición normal.
- Subluxación: el desplazamiento es parcial y puede recolocarse por sí solo.
- Luxación discal con reducción: el disco se desplaza de su sitio, pero vuelve a colocarse al abrir la boca, produciendo un chasquido como un “clic”. Normalmente al inicio del movimiento, la mandíbula se desvía hacia un lado y cuando suena el clic regresa a su posición neutra haciendo como una forma de “S”.
- Luxación discal sin reducción: el disco se mueve y no regresa. En este caso, la apertura se limita y el dolor suele ser mayor sobre todo en la zona cercana al oído. En este caso, al abrir la mandíbula se desvía hacia un lado pero no regresa a su posición neutra.
Entender estas diferencias es clave para decidir el tratamiento más adecuado.
En este post, nosotros nos vamos a centrar en los tipos de luxación discal de la ATM.
Causas y Factores de riesgo de una Luxación Discal de la ATM
La luxación discal puede tener múltiples orígenes, aunque en la práctica clínica suelen repetirse algunos patrones:
- Bruxismo y sobrecarga muscular: el apretar o rechinar los dientes genera una tensión constante sobre la ATM que puede provocar la luxación.
- Traumatismos y microtraumatismos: un golpe directo o el simple hecho de bostezar con la boca muy abierta también pueden ocasionar una luxación.
- Maloclusión y hábitos posturales: una mordida inadecuada o mantener la mandíbula en posiciones forzadas puede favorecer el desplazamiento del disco.
- Mala posición mantenida: a veces, cuando la persona está con una posición de la mandíbula forzada hacia un lado, como cuando nos apoyamos con la mano en la mandíbula sujetando la cabeza durante un largo rato, o al dormir se apoya demasiado el peso de la cabeza sobre la mandíbula, y ésta se desplaza hacia un lateral.
Muchas veces, la causa no es aislada, sino que puede ser la suma de más de una. En estos casos, es necesario corregir todo lo que puede provocar el desplazamiento del disco para así evitar que pueda haber recaídas.
Síntomas y Diagnóstico de una Luxación Discal de la ATM?
Cuando se produce una luxación discal de la ATM, los síntomas más frecuentes son:
- Dolor orofacial, que se localiza en la mandíbula, sien o incluso irradiado al oído.
- Limitación mandibular, que se manifiesta con dificultad o dolor al abrir la boca.
- Ruidos articulares, que produce el clásico chasquido, clic o sensación de fricción.
Para hacer un correcto diagnóstico, es fundamental comenzar con una exploración manual de la ATM y la musculatura asociada. Esto nos permitirá determinar cuáles son las estructuras afectadas y cómo debemos tratar la luxación.
Fisioterapia Especializada para tratar una Luxación Discal de la ATM
En la mayoría de los casos, el abordaje inicial debe ser conservador, y aquí la fisioterapia tiene un papel protagonista.
- Terapia manual y miofascial: consiste en la aplicación de técnicas manuales para relajar la musculatura y devolver la movilidad a la articulación.
- Ejercicios específicos: pautados para mejorar la coordinación mandibular y reducir el dolor. En consulta solemos trabajar con ejercicios simples que el paciente puede repetir en casa sin problema.
- Técnicas complementarias: también utilizamos diatermia o fisioterapia invasiva cuando así lo requiere el tratamiento, esto nos permite tratar estructuras más profundas que de otra manera no se pueden tratar.
En nuestra experiencia, este tratamiento consigue corregir el problema y mejorar notablemente la calidad de vida del paciente, siempre que se sigan las pautas y se haga con constancia.
En los casos más complejos, puede ser necesario un abordaje multidisciplinar.
Prevención y Cuidados diarios para evitar la Luxación Discal de la ATM
Más allá del tratamiento, es necesario que el paciente siga unas pautas básicas para evitar que pueda volver a producirse la luxación:
- Aprender a tener la lengua pegada al paladar cuando tenemos la boca cerrada.
- Evitar abrir excesivamente la boca al bostezar.
- Corregir hábitos como morderse las uñas o masticar chicle de forma excesiva.
- Trabajar la postura cervical y mandibular.
- Controlar el estrés y el bruxismo con técnicas de relajación y férulas si es necesario.
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